Nunca nos despedimos ¿sabes?
Te fuiste de esa ciudad que me quedaba tan grande, sin siquiera despedirte. Siempre te reproche eso aun cuando nunca te lo dije.
Te reproche muchas cosas: que me dijeras tus mentiras convenientes, que me dieras tu cuerpo una sola vez a la semana, como quien se sale de la dieta porque no puede evitarlo, pero lucha por no pecar toda la semana. Sentí que me amaste en algún momento. Aunque ese momento nunca se hizo realidad. Odie que tu cabello semi largo me fascinara. Odie tus pantalones rojos.
No te amaba es cierto, pero solo porque luche contra la corriente cada vez que me besabas y sentía tu pasión desbordarse y tu hombría estremecerse. Nunca me gusto verte tan infeliz. Cuando todo era tan sencillo. La respuesta no era yo, pero me hubiese gustado que me permitieras ayudarte. Fue solo sexo. Fuimos solo casi amantes.
Tu pasión me marco. Me estuvo cazando durante las noches, tan solitarias sin tu risa, tus chistes, sin esa música que no me gusta pero te iluminaba el rostro.
Sabía que todo había terminado incluso antes de que me lo dijeras. Pero jamás pensé que no me dejarías tenerte una vez más. Yo también te extrañe y nunca te lo dije.
Pase muchas noches tratando de no pensar en ti. Te di la espalda más de una vez con la esperanza de que me dejaras ser. Esperando olvidar lo que nunca pudo ser. Olvidar esos sentimientos que me arrebataron el equilibrio más de una vez. Porque tuviste que complicarme con sentimientos cuando aquello solo era sexo y nada más.
Odio que decidas decirme luego de tanto tiempo, que tal vez fue algo más, pero te fuiste por miedo a sentir. Pero sobre todo, odie nuestro primer beso. Fue tan perfecto que me fue imposible olvidarlo. Fue un amor que se desato por tu culpa, y fue por tu culpa que murió.
Te doy las gracias sin embargo, por liberarme de manera tan abrupta. Porque si bien en ese momento no supe comprender, de no haber sido así, me hubiese cegado de pasión y locura por un hombre que nunca fue mío.
Adiós, mi casi amante. Eras lo que necesitaba en ese momento. Esa mezcla desenfrenada de fiestas y pasión. Gracias por partir y dejarme con recuerdos que me inspiran a escribir estas líneas.
Debí saber que solo llegaste a mi vida para complicar mi cordura. Para enseñarme que el buen sexo existe; y las relaciones que marcan, no necesariamente están hechos de amor verdadero.
Para esta entrada: A Fine Frenzy - Almost Lover
2 Estaba buscando...
Estaba buscando quién llenara mi boca. Quién entrara en el combate de una batalla de besos. Besos insaciables que aten y desaten cada parte de la anatomía de mi boca. Quería que me beseran y me besaran y me volvieran a besar.
Andaba buscando esa guerra entre mi boca y cualquier otra boca, pero me cansé. Me cansé de buscar y encontrar batallas truncadas y ya no quiero más de eso.
Me cansé de añorar besos, de recordar caricias, ojos brillando, manos sudadas, temblores en la barriga. No quiero más salidas divertidas que terminen en un beso de ensueño y en una desilusión latente. Me cansé de tener el celular en la mano, esperando un mensaje que jamás llegaría.
No quiero más baladas que me hagan llorar, ni quiero poemas de amor, ni quiero más el puto gesto de amistad, ni rechazos. No quiero ver más la cara de idiota del hombre que me besó y perdió la ilusión.
No quiero más la mirada tierna que conlleva a decir lo especial que soy, pero que no pueden haber compromisos. No quiero más la insufrible palabra que dice que encontraré a alguien especial, que hay alguien para mi.
Perdí la cuenta de cuántas historias han terminado igual.
No quiero caminar por la calle de la decepción y verme de nuevo envuelta en un mar de nostalgia pensando en lo que pudo ser y no fue. Me cansé.
He renunciado a toda clase de besos, hasta que aprenda a besar cómo máscaras de teatro.
5 de Junio de 2.005 . Desempolvando algunos escritos
Andaba buscando esa guerra entre mi boca y cualquier otra boca, pero me cansé. Me cansé de buscar y encontrar batallas truncadas y ya no quiero más de eso.
Me cansé de añorar besos, de recordar caricias, ojos brillando, manos sudadas, temblores en la barriga. No quiero más salidas divertidas que terminen en un beso de ensueño y en una desilusión latente. Me cansé de tener el celular en la mano, esperando un mensaje que jamás llegaría.
No quiero más baladas que me hagan llorar, ni quiero poemas de amor, ni quiero más el puto gesto de amistad, ni rechazos. No quiero ver más la cara de idiota del hombre que me besó y perdió la ilusión.
No quiero más la mirada tierna que conlleva a decir lo especial que soy, pero que no pueden haber compromisos. No quiero más la insufrible palabra que dice que encontraré a alguien especial, que hay alguien para mi.
Perdí la cuenta de cuántas historias han terminado igual.
No quiero caminar por la calle de la decepción y verme de nuevo envuelta en un mar de nostalgia pensando en lo que pudo ser y no fue. Me cansé.
He renunciado a toda clase de besos, hasta que aprenda a besar cómo máscaras de teatro.
5 de Junio de 2.005 . Desempolvando algunos escritos