Despedida

febrero 23, 2011
Nunca nos despedimos ¿sabes?
Te fuiste de esa ciudad que me quedaba tan grande, sin siquiera despedirte. Siempre te reproche eso aun cuando nunca te lo dije.

Te reproche muchas cosas: que me dijeras tus mentiras convenientes, que me dieras tu cuerpo una sola vez a la semana, como quien se sale de la dieta porque no puede evitarlo, pero lucha por no pecar toda la semana. Sentí que me amaste en algún momento. Aunque ese momento nunca se hizo realidad. Odie que tu cabello semi largo me fascinara. Odie tus pantalones rojos.

No te amaba es cierto, pero solo porque luche contra la corriente cada vez que me besabas y sentía tu pasión desbordarse y tu hombría estremecerse. Nunca me gusto verte tan infeliz. Cuando todo era tan sencillo. La respuesta no era yo, pero me hubiese gustado que me permitieras ayudarte. Fue solo sexo. Fuimos solo casi amantes.

Tu pasión me marco. Me estuvo cazando durante las noches, tan solitarias sin tu risa, tus chistes, sin esa música que no me gusta pero te iluminaba el rostro.
Sabía que todo había terminado incluso antes de que me lo dijeras. Pero jamás pensé que no me dejarías tenerte una vez más. Yo también te extrañe y nunca te lo dije.

Pase muchas noches tratando de no pensar en ti. Te di la espalda más de una vez con la esperanza de que me dejaras ser. Esperando olvidar lo que nunca pudo ser. Olvidar esos sentimientos que me arrebataron el equilibrio más de una vez. Porque tuviste que complicarme con sentimientos cuando aquello solo era sexo y nada más.

Odio que decidas decirme luego de tanto tiempo, que tal vez fue algo más, pero te fuiste por miedo a sentir. Pero sobre todo, odie nuestro primer beso. Fue tan perfecto que me fue imposible olvidarlo. Fue un amor que se desato por tu culpa, y fue por tu culpa que murió.

Te doy las gracias sin embargo, por liberarme de manera tan abrupta. Porque si bien en ese momento no supe comprender, de no haber sido así, me hubiese cegado de pasión y locura por un hombre que nunca fue mío.

Adiós, mi casi amante. Eras lo que necesitaba en ese momento. Esa mezcla desenfrenada de fiestas y pasión. Gracias por partir y dejarme con recuerdos que me inspiran a escribir estas líneas.

Debí saber que solo llegaste a mi vida para complicar mi cordura. Para enseñarme que el buen sexo existe; y las relaciones que marcan, no necesariamente están hechos de amor verdadero.


Para esta entrada: A Fine Frenzy - Almost Lover

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