No quiero flores, quiero sexo

enero 27, 2011

Duendes mágicos, hadas rosas...
Mariposas en el estómago, besos tiernos, caricias tímidas...
Rosas en la cama, música suave, un trato delicado y paciente...
Que rico eso ¿no?
Seria a un mejor si todo eso fuera verdad, ¿no?...
A veces corremos con algo de suerte y lo tenemos todo, o al menos eso creemos...
Sin duda, todas estas cosas nos hacen sentir la princesa del cuento,
e inhalamos ese aroma embelesante que te entumece el cerebro y te hace creer que incluso,
los gatos vuelan...
¡Insisto eso es hermoso!
Pero wait, yo estoy harta de soñar con esas cosas, esperarlas, vivirlas en pequeñas dosis y
a cómodas cuotas mientras dure... para luego pasar el letargo amargo que produce el HDP despecho correspondiente, y querer cortar mis venas por lo horrorosamente masoquista de recordar esos momentos, una vez que se han ido...
De manera que hoy, me permito ser egocéntrica, visceral, básica y elemental -nuevamente-.
¡QUIERO TENER SEXO!
Ah pero que bien, no se cayo la casa encima de mi al decirlo, pero es que ¿que hay de malo en desearlo?
Mi piel está viva, mi mente está en otras cosas, mi capacidad de concentración es casi inexistente por razones diversas, y finalmente lo único que me toca es sincerarme y decirme a mi misma, -y a quien me lea- que un poco de sexo podría ser buena medicina para tanto stress.
SEXO, dije SEXO, no dije manitos agarradas, ni desayuno incluido, no...
Yo quiero probar una piel por quien no me sienta atada emocionalmente, me siento agotada de sentir... y quiero simplemente placer... además tengo mucho tiempo sin hacerlo de esta manera.
Querer placer significa no permitirle a esa persona que piense solo en él, decirle lo que quiero y como lo quiero, y ya se, suena a clausulas de un contrato, o las letricas chiquitas del mismo...
Pero es que si voy a ser hombre por una noche necesito garantizar mi placer...
¿Saben chicos?, no siempre ustedes son los mejores amantes, no siempre nos hacen volar sin tener alas...
Pero cuando nos entregamos con el corazón, pasamos por alto las diferencias de la cama...
Las volvemos poco esenciales porque primero está el sentimiento, y eso está mal... pero así somos muchas,
es una tendencia ya obsoleta, quizás derivada de esa vieja practica social, en la cual nosotras eramos un ente de satisfacción para nuestros hombres... pero en fin. Yo renuncié a eso hace mucho.
Pero en definidas cuentas, quiero un cuerpo inquilino por una noche... dos o tres quizás... No más, no quiero reincidir y caer en visitas continuadas, ni saliditas a comer, ni flores, peluches, y palabras tiernas...
yo ahora quiero libertad y sobre todo... relajarme.
Pero eso sí, exclusividad, distancia y categoria. No se trata de compartir ese momento con el primer pene con cuerpo que aparezca, en lo absoluto...
Quiero una persona que me inspire sexo, alguien que me haga sentir un feeling de confianza y comodidad...
Que al verlo, desee quitarle la ropa y no se lo diga, pero sobre todo...
Que su mirada y su silencio me digan que el desea hacer lo mismo conmigo...
No es tan difícil de encontrar un hombre así, ya los he conocido...
No quiero tener sexo desesperado con cualquiera, quiero sentir las ganas de hacerlo con un hombre con nombre apellido y numero de cédula...
Pero que solo con tenerlo cerca, me haga perder la inteligencia...
Sorry no soy mujer de compartir mi cama con cualquiera, me encanta el sexo pero con placer y por placer, no por necesidad y afán...
Así que sigo esperando por ese caballero con tendencias salvajes, para compartir intimidad y regalarnos un buen momento....

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