0 Uno

diciembre 31, 2010
Las mujeres, por lo general nos calamos muchas cosas que si no fuera por el "amor" latente, ya hubieramos mandado a la patagonia a esos hombres de turno que nos hacen compañia.
Que si tiene entradas
Que tiene mal aliento
Que se viste horrible
Marica su nombre no lo soporto
Habla horrible
Come con la boca abierta
No tiene muchas atenciones para conmigo
Ay chama no baila
Chama baila horrible :S
Es tosco
Es como aburrido
Es medio lento

"Ay pero no se porque me encanta el tipo"

Really? ¬¬

Honestamente no le encuentro logica al porque nuestro comportamiento...sera que en el fondo creemos que los podemos cambiar?
Bueno dejenme decirles algo: tanto como el raton perez, el hada del azucar, campanita, peter pan, naruto, tu jefa perfecta y el cambio radical en un hombre no existe!
Saben quienes si pueden cambiar? nosotras. Cuando analicemos que es lo que queremos realmente, se acabara ese sufrimiento, esos golpes de pecho, ese conformismo ridiculo que nos imponemos sin darnos cuenta. Sonara a cliche, pero el cambio comienza, cuando nosotras decidimos cambiar.
Nada mas hagan el intento, no te gusta lo que tienes? NADIE te esta obligando a que te lo cales!
Este es mi consejo para uds para que se lo digieran durante el 2011. Porque creo que las mejores mujeres del mundo estan en este pais. Pero uds tambien deben creer en ello.

Mujer venezolana, es corazon, fuego y espuela.
Amense! para que aprendan amar a los demas.

Bueno se acabo el segmento deepak chopra de hoy.

Esperen la llegada del MMXI y domenlo. Con tacones, con deportivos o a coñazos. Como mejor les parezca.

Sientes ese fuego que te invade? no le tengas miedo y dejalo salir


0 Cuerpo sin alma

diciembre 17, 2010


En aquellos días de angustiosa soledad, de despecho eterno, de corazones rotos y desespero, de escapes de emergencia y salidas fáciles, de cobardía y resentimiento, de sexo sin amor, recuerdo estaba ella...
Esa mujer buena, herida de muerte por un amor que no la amó, de mirada clara y alma pura, con sueños imposibles y dolores escondidos, solo quería olvidar...
El, un simple amigo de a ratos, solo bailes, risas, y un par de palabras...
Muy cercanos y muy parecidos, al mismo tiempo muy distintos y muy contradictorios.
El, no estaba solo, era el chico excéntrico y extrovertido, no tan atractivo pero con derroches de simpatía, el vivo reflejo del tipo perfecto, con una historia negra oculta que nadie conocía. 
El la buscaba, la tentaba, una y otra vez la llevaba al limite, al borde del abismo, disfrutaba de su experiencia en estos juegos, y también de la inocencia de aquella chica...
Ella se negaba, se alejaba y volvía por un poco más, le gustaba saborear el peligro sin caer completamente. 
Con el deseo a flor de piel y las ganas de experimentar lo prohibido... La excusa perfecta para erradicar el dolor, se convirtió en locura...
y una noche de esas, donde la razón se acuesta a dormir y el instinto se queda despierto, ella terminó con las distancias y se enredó en ese mar de sensaciones que afloraban sin mesura.
El sorprendido, no podía creer lo que veía, esa mujer que tanto se había negado, estaba frente a él, diciéndole sin palabras que esa noche sería para olvidarse del resto.
De pronto entraron en un laberinto de excentricidades, cargados de lujuria y frialdad, donde no había espacio para el afecto, y donde se armaron con mascaras de descaro y se las mostraron al mundo... Fueron esa complicidad maligna, una dualidad que hacia ver la parte más oscura de ambos.
Así fue pasando el tiempo, ella comenzó a sentir vacío, la cama no llenaba los espacios que sus afectos demandaban, ya su mente no se distraía con la piel de aquel hombre, ya su cuerpo no daba más y comenzaba a sentir rechazo por todo aquello que los ataba.
El, aprovechaba la situación, saciaba sus ganas, usaba aquel cuerpo y apuñalaba su alma arrojando los restos en algún viejo bar o en el rincón de los recuerdos...
Ella no sabia quien era, no podría reconocer ese rostro ni esas lágrimas, aquella mujer que no tenia reservas, que se entregaba sin condiciones, no sabía que eso que sentía era desprecio, era dolor, no sabia que para ese hombre era solo carne, solo piel.
El,  se preguntaba por qué todo aquello había cambiado, por qué ese cuerpo no se entregaba como siempre, y esa piel no derramaba deseo... 
Jamás pudo comprender que ella era más que un proveedor de placeres, más que su juguete preferido y no supo llenar eso que la cama dejaba vacía.
Ese hombre, máquina del sexo, pero un muy pobre caballero, un cuerpo vacío, nunca pudo abrir sus ojos, y jamás se enteró.
Ella, se hizo fría y desconfiada, se alejó, se liberó de ese circulo dañino y no respondió una sola de sus cartas, no dio señales de existencia, porque aquel hombre, de grandes cualidades y de excelente presencia, había matado una rosa con sus propias espinas.
Con el tiempo, se volvieron a encontrar y él seguía deseando nadar en ese mar de hielo, ese mundo abstracto que llenaba sus agallas de hiel y de ego, su cara tan lavada tocó su puerta de nuevo.
Ella silenciosa, lo miraba con recelo, distancia, y con desprecio.  Sentía un profundo rechazo y algo de lastima, porque sabia que ese hombre que jamás la conoció, no era más que un cuerpo sin alma.
De modo que no hizo falta palabra alguna, y con tan solo guardar silencio le dijo...
Nunca más..

0 Mente femenina: una tragedia épica

diciembre 12, 2010
Este post podría haberse llamado "crónicas femeninas" y haciendo mención al trabajo de Otero Silva, también podría llamarse "crónica de una muerte anunciada", ¿Por qué anunciada? porque todo ser vivo que sea mujer sabe que siempre estamos claras del terreno donde nos movemos, quizás por anticiparnos es que algunas veces nos llaman locas, paranoicas, intensas, y demás adjetivos calificativos que apliquen.

Pasa que resulta imposible que siendo mujeres, no traigamos en el chip de nuestra conciencia todo ese tipo de cosas que nos hacen tan.... mujer.

 Tan fácil como que no podemos quedarnos en el nivel elemental del pensamiento, no podemos ver la imagen y no cuestionar la esencia, no nos entra en la cabeza que las cosas sean simplemente lo que aparentan ser y no podemos echar a un lado la intuición. A ver, usaré un ejemplo menos poético y más cotidiano para que nuestros amigos hombres comprendan mis palabras: "le buscamos las cinco, seis, siete u ocho patas al gato" ¡LISTO!

De allí que, me haya provocado escribir sobre nuestra pequeña gran verdad, lo que nuestra mente tan compleja y tan llena de matices alberga. Siempre he pensado que la mente de un hombre es una calle doble vía, con todo allí, todo céntrico y directo, mientras que la nuestra es un complejo urbanístico con autopistas, elevados, carreteras de tierra, mucho tráfico y baches, muchos baches. 

Es cierto que a veces nos amargamos la vida de más, nos damos muchísima más mala vida de la que verdaderamente hace falta, tenemos altas dosis de masoquismo en sangre y nos victimizamos con frecuencia, pero resulta que somos mujeres no joda, si quieren una persona sin peos mentales y que no les de conflicto, empátense con un tipo. Ok, una vez superado el momento venenoso proseguiré.

Nuestra tragedia épica nace y subyace en un conjunto de pre suposiciones, tan arraigadas que muchas veces son razón de conflictos internos muy fuertes, en escritos anteriores hablé de que a las mujeres nos gusta que nos engañen, no hay mayor verdad, y expliqué bien mis argumentos de forma tal, que no se pensara que somos unas enfermas mentales, porque no lo somos, pero es así.

Sencillamente, la verdad no es tan fácilmente manejable, un poco por prejuicios, un poco por orgullo, otro poco de otras cosas que por ser diversas no voy a nombrar, nos gusta que nos engañen porque sencillamente es la única manera de relacionarnos, si el hombre fuera completamente franco y real, y nos dijeran las cosas tal como las piensan o sienten, seriamos todas lesbianas o asexuales.

La mujer naturaliza la mentira para poder creerse ese mojón rosa, pregunto: pero ¿dónde coño de la madre uds han visto un mojón rosa? No pana no, esa vaina no existe, pero digamos que es así, tenemos que vivir en ese doble discurso por no ser conformistas y caernos a cuentos, cuentos que después terminan haciéndonos llorar porque no era como pensábamos. (Momento sarcástico)

El otro día tomándome unas birras entre amigas, una de ellas casada, separada, madre de dos hijas adultas y una nieta me dice: “no mija, te lo digo por experiencia, ya no soy carajita como tú, y ningún hombre es fiel, así que lo que tienes que hacer es asumir esa vaina y ya”

Esa palabras entraron por mis oídos, lo procesó mecánicamente mi cerebro, en cuestión de segundos yo decía, coño yo sé que es verdad, ¡que carajo! vamos a hacernos las guevonas, pero entonces dije pero ya va, o sea, que como ellos son infieles, ¿las que tenemos que asumir la vaina somos nosotras? Que de pinga, quiero ser un tipo. –pensé-.

Sin embargo, me relajé, me seguí tomando mis birritas y echando vaina, pero aquellas palabras seguían chocando en las paredes de mi mente, como aquellas peloticas que rebotan y rebotan, y dije: la realidad es esa, es verdad, pero no por eso tenemos que naturalizarlo como si las que estamos pelando bola somos nosotras, como si las equivocadas de autobús somos nosotras, porque si a ver vamos, si nosotras pegamos un cachito somos unas tremendas perras. (Momento realista)

Y entonces llegué a una pequeña conclusión, pero tan solo para callar esa puta pelotica que rebota y rebota, ellos son así, -ok, lo acepto- pero yo no tengo que seguir con un guevón que me monta cachos, perdonándolo y perdonándolo porque sencillamente “es hombre” no me jodan, tu eres hombre, yo soy mujer y no me lo calo.

Entonces, empiezo a transpolar todo de nuevo, como siempre uno busca no lo que no se le ha perdido, volvió el síndrome del miembro fantasma de la mente femenina, traduzco de nuevo: “buscando las otras cinco o siete patas al mismo gato de arriba”.

Y empiezo a recordar incidentes en mis experiencias personales, y me doy cuenta de que quizás el mismo rollo mental de nuestra cabeza es producto de esa misma inconformidad con esa verdad de la que hablaba mi amiga, ya que nosotras en el fondo no queremos ser neuróticas pana, nos da ladilla andar como la mamá de nuestras parejas, pero tampoco queremos ni podemos decirle: anda vale, móntame los cachos, porque como yo se que tú eres así, y yo tengo que acostumbrarme a esa mierda, entonces vamos a ir practicando. Eso sí, miénteme con discreción, que yo lo sepa pero que no sea evidente, porque que bolas. ¿Qué vaina es esa chico? O.o

CDLM eso no se puede pana, no se puede, de ahí que viene todo el tremendo peo mental que tenemos,  por eso es que es mejor que nos mientan, pero si te descubro te lo corto cabrón! :@ NEXT ya superado el segundo pico venenoso. (vayan viendo lo dual de ese pensamiento)

Por una parte, nosotras queremos querer y que nos quieran, pero nos da miedo porque sabemos que “esa realidad” es real, -valga la redundancia- y entonces, está ese lado cuaima que se niega a que un buen día el mundo se haga tan bizarro que sea tan normal como cepillarse los dientes. ¡He ahí todo el HDP peo mental!

Claro, debo especificar, este tipo de pensamiento lo tenemos las mujeres como yo, que más que masoquista y enrollada soy una tipa demasiado pendeja, porque como he dicho en mis escritos, soy estúpidamente fiel y porque me da la gana no porque en estos tiempos eso realmente valga la pena.

En fin, el punto de este escrito no son los cachos, sino la increíble capacidad de nuestra mente de volvernos la vida un culo en segundos, ¿Por qué necesitamos la mentira? Lo explicaré con ejemplo cotidiano y además personal.

Cierto “fulano” que pasó por mi vida comienza a cortejar a otra, y yo solo decía: “coño pero que predecible, no me jodan, eso no es mi peo, ya terminamos" pero de pronto pensé, ¿no es mi peo? No sería mi peo si ese guevón no me siguiera buscando fiesta, si no me llamara y no me alimentara la semilla que sembró.

Pues resulta que hice lo que jamás hago porque odio las preguntas necias y a destiempo, y le dije: ¿Quién es fulana? A lo que con todo descaro respondió: “una amiga, levante, machuque,  ¿por qué?”…………………………………. Esos puntos suspensivos representan el silencio que guardé por aproximadamente dos minutos.

Dentro de mi estaban dos JesSchajris cayéndose a coñazos por responder, pero mi primera respuesta fue sencillamente, “por nada, gracias por la sinceridad, era lo que necesitaba” claro, después le dije todo lo que merecía saber. Pero, no nos desviemos, aquí lo que importa es el hecho de la pugna “verdad vs mentira”, nuestro masoquismo mental.

El carajo me dijo eso, me dio mucha arrechera, pero fue bueno porque coño se me quitaron muchas dudas y culpas, y lo mandé a comerse veinte cerros de mierda, PERO! Yo misma, internamente me decía, que bolas, ¿Cómo me va a decir esa mierda? Y bla bla bla bla…. Y muchos blas!

Pero, no nos caigamos a cuentos, si me hubiese dicho que es una amiga, o una pana, yo igual me habría arrechado y le diría: “si claro, porque yo soy pendeja” y bla bla bla bla y muchos otros tantos blas.

De manera que, no es el hecho de q sean amigos o machuques, el hecho es que de cualquier manera yo sabía la verdad, casi siempre lo sabemos, o lo intuimos, nos anticipamos, nos hacemos mundos y nos atormentamos mientras ellos están muy tranquilos, pero la pregunta siempre es como para esperar un “algo” que sencillamente no existe, y cualquier respuesta es mala, porque lo evidente no se cuestiona.

Asi como ese ejemplo, pasa en casi todos los niveles, las relaciones se tornan un nido de mentiras piadosas, al mejor estilo Ricardo Arjona, con su “una mentira que te haga feliz, vale más que una verdad que te amargue la vida” y asi se van tejiendo relaciones poco sanas, porque cualquier mentira, grande o pequeña mancha y va abriéndole las costuras a la confianza.

Y pasa que no tenemos memoria selectiva como los hombres, nosotras esas inseguridades las traspasamos de pareja en pareja y nos volvemos patológicas, y es cuando esos coños de su madre tienen las santas bolas de decir que somos unas ladillas celópatas, y es cierto, lo que el hombre va a hacer lo hará así duermas con él.

De modo que, lo único que le queda a uno cuando pasan esas vainas es arrecharse, pasar el duelo y la frustración y después intentar nuevamente con otro, pensando que quizás será diferente.

Pero como me decía una amiga anoche, hagas lo que hagas el día que se inventaron las excusas ellos cayeron parados, si eres buena porque eres buena, si eres mala porque no les paras bolas, si eres fácil se ladillan y si no lo eres tanto también se ladillan pero porque no pueden llegar a ti, si los comprendes abusan, si no los comprendes eres una hija de la gran p... y te achancan un camión de culpas, si les peleas es porque peleas, y si no lo haces es porque quizás ya no sientes lo mismo.

Si los ignoras te persiguen –aunque no les importes valga acotar-, y si los buscas se limpian el orto contigo, entonces pana, ¿Qué coño de la madre hay que hacer? ¿Dónde esté el error? ¿El problema es uno o son ellos? ¿Hay que hacerse la guevona y dejar que te mientan concienzudamente? o quizás hay que decirle mira pana sabes yo no voy a ser tu mamá, haz lo que te salga del escroto, pero es bueno que tengas presente que si te descubro te quedas sin él.

Yo la verdad me rindo, sencillamente las inconformidades del ser humano, y desde que el mundo es mundo este peo ha sido así, no voy a venir yo a cambiarlo. Sin embargo, la pregunta sigue abierta

¿Donde esta el error?, véalo a la misma hora y por el mismo canal

0 El amor es real

diciembre 07, 2010

Muchas veces, sin pensarlo, te sentí, te imaginé y te viví. Estabas aquí, sin tu cuerpo. Descubriste un millón de vías para llegar a mi corazón y las transitaste todas, sin permiso, como un prófugo de la justicia, ansioso por llegar a un destino seguro: a mi amor, a mi alma , esa que sin saberlo te esperaba con alegría. Muchas veces te escuché, sin que emitieras sonido alguno, entendí cada palabra no dicha por tu boca y me hiciste feliz, porque no dijiste esas hermosas frases que siempre imagino que tus labios pronuncian, porque no elogiaste todo mi ser, como sueles hacerlo, porque no consideras que en esta humilde redactora encontraste la perfección que creíste hallada en otro cuerpo.

Noche a noche te pensé sin gritarlo a los cuatro vientos. Los pensamientos corrían de mi almohada a mi cabeza y se divertían jugando con mi insomnio, cómplice de tu presencia en la oscuridad de mi habitación. Y fueron esos, mis pensamientos con tu protagonismo, los que hicieron que poco a poco abriera los ojos, los del corazón, para que vieran que eras el único huésped que quedaba en la posada de mi alma. Porque es que ella no puede dejar que te vayas sin pagar: le debes demasiados besos, demasiadas caricias, demasiadas palabras que vienen en el aire, con mi nombre y mi dirección en su etiqueta.

Día a día desperté acostada en la mitad de tu cama vacía. Y tú dormido en la mitad vacía de la mía, como el aire, que no vemos, pero tenemos la certeza de su existencia, de su presencia y de su importancia para seguir con vida. Y es que te descubrí entre los documentos de tinta fresca de mi mesón a medianoche, como se descubre una obra maestra echada al olvido por alguien que no quiso reconocer su preciado talento, te encontré como encuentra un mendigo a un billete de lotería con el premio mayor, te tengo como tiene un niño un amigo imaginario.

Estás ahí, lo sé, eres para mi, te merezco. A la mierda los que crean que estoy loca, quizás también me imagino una vida, quizás yo soy producto de tu imaginación, y si eso me da felicidad, ¿debería importar las opiniones de los demás? Sé que esto no es para siempre, y decido ignorar los distintos rumbos que puede tomar todo esto, porque necesito creer sólo en uno: el que me da vida, el que me hace sonreír, el que me hará feliz. De incrédulos está lleno el mundo, no creo que yo les haga falta en ese lado del río. Me descubriste amándote y sonreíste; y muchas veces, con los ojos cerrados, vi tu rostro feliz, me quedé embobada con la mejor y más sublime curva de tu cuerpo: tu sonrisa.

Decidí aceptarlo, decidí amarte con cada centímetro de mi piel, con el 100% de lo que sea que mida mi alma, con cada gramo de materia gris contenida por mi cerebro; porque las personas no necesitan ser reales para amarse, ni tampoco necesitan ser una mentira para herirse. Tú eres mi verdad, aquí y ahora, y voy a vivirte a plenitud, con toda la intensidad que se necesita para vivir un amor como este, con la misma intensidad que escribí las palabras que anoche te hicieron dar un paso más hacia mi, porque sencillamente "mi cuento contigo no se acaba tan rápido".

Decretado, firmado y sellado.

P.D.: Dedicado a todos aquellos que se consideran anormales por amar a desconocidos. ¿Quién dice que no es real?

2 Nuestras inconformidades

diciembre 05, 2010
Aprendí a forzarme a ser paciente, contigo todo tenia un color distinto, esa manera como luchabas por mi, esa forma de hacer que todo lo que decías me sonara tan real, tan sentido, apuesto a que todo eso no fue fingido, en ese momento estabas desnudando tu alma ante mi sin darte cuenta, sin querer hacerlo.

No había ataduras, nada te ligaba a mi, nada te obligaba a estar ahí, nada nos unía y todo nos separaba, y esos defectos que hoy tanto pesan, antes no te molestaban. Las excusas para llamarme eran infinitas, las excusas para no querer irte eran más fuertes que la realidad.

Yo era tu escape y tu el mio, eramos la parte rica, la parte agradable y la parte que no causaba incomodidad ni presión. Sin besarnos, sin tocarnos, sin siquiera habernos visto a los ojos, eramos lo más parecido a dos seres felices que deseaban estar juntos, sin saber que quizás eso traería consigo algunas contrariedades.

Hubo el breve instante en el cual fue tan perfecto que asustaba, por aquello de que uno no cree en cuentos de hadas y príncipes azules, sin embargo estábamos bien, eramos felices... (al menos yo coño) De pronto, yo me convertí en tu condena, en esa condena de la cual te escapabas conmigo cuando no estábamos juntos, cuando tu tenias una vida y yo otra, cuando estábamos locos por meternos uno en la vida del otro.

De pronto, se rompió el dique que contenía el caudal de inseguridades de ambos, de las cuales día a día escapábamos, y como toda quebrada embaulada, en algún momento busca su cauce.

Por mi parte, empecé a sentirme dueña de tus sueños -quizás estuvo mal- , entonces inconscientemente comencé a hacer justo lo que nunca me ha gustado, lo que nunca he sido, lo que tanto detesto y critico -mujer ladilla-. ¿por qué? bueno porque lastimosamente el pasado es el primer traicionero, cuando más te quieres cuidar mas vulnerable eres, empiezas idiotamente a exigir cosas que no caben en ese momento, y que tu sabes en el fondo que no quieres hacer, pero que prefieres hacerlo para asegurarte de -no se que-, para que nada te sorprenda, sencillamente para sabotearte la felicidad.

Tu me estabas haciendo cochinamente feliz, pero yo como que no podía aceptar que todo era verdad, y tenia enfermizamente que tirar anzuelos para comprobar un... -no se que, insisto-, como para decirme, no estabas equivocada, no era tan perfecto.

Reconozco que fue algo idiota, reconozco que me ganó la estupidez, el masoquismo, la inseguridad, pero bueno, sirvió para darme cuenta y reconocerlo.

De un día para otro se nos cayó ese lugar, ya no había oasis en el desierto, te habías ido, te soné a disco rayado, a melodía conocida, a barajita repetida, a más de lo mismo, y sencillamente tu decisión fue dejarlo hasta ahí. Yo, aun sin comprender pensaba: Dios mio, ¿"No eres tu soy yo"? ¿a estas alturas? no puedo con eso.

Reconozco fue muy fuerte, fue devastador, derrotante, inesperado, fue la cachetada que necesitaba, y luego la culpa me atacó, entendí que no estuve bien, y mi culpa se basaba en eso que no era mi culpa propiamente, sino en eso que hicieron de mi,  que yo no podía evitar y que me hacia sentir miserable.

Luego me hiciste la "propuesta", y no lo niego,  llegaron a mi montañas de prejuicios, de creencias, y de peros, ... el orgullo se vistió de gala y se puso a la defensiva, pensé: ¿"que bolas, eso soy ahora para ti"? porque tu tono cambiaba cuando solo querías jugar a la fantasía, porque tu tacto se esfumó, y porque fuiste tan evidente que no podía siquiera engañarme, hasta que luego de depurar sentimientos, necesidades, condiciones y opiniones me detuve y me pregunté: -pero, JesSchajris, ¿que carajo quieres tu? y mi respuesta fue arco reflejo, dije: "Yo también quiero".

De pronto mi cerebro reptil estaba hablando por si mismo, sin pensar en nada, en nadie, simplemente viviendo una etapa nueva, donde sencillamente, mis ganas por probar tu piel eran más fuertes que mi orgullo, que lo "bien visto", que lo normal, que lo que incluso había aprendido a hacer a través de la experiencia, y dije: "ok, yo quiero, más nada importa".

Entonces entramos en una dicotomía, en una guerra de lealtades, en una pugna racional que preguntaba ¿a quien le soy fiel?. Yo por mi parte, decía: "verga, era tratada como una dama, con delicadeza, con respeto, ¿ahora seré solo su amante de ocasión?" -porque señores, la mujer siempre está clara, pero se deja meter el mojón-.

El, seguramente decía: "coño, yo con ella más nada, no seremos más nada, pero quiero matar las ganas, y quiero con ella, (duende malo) y por otro lado, verga, esa pana es una tipa "bien", es seria, de pinga, (entre otras muchas virtudes) pero..., y llega el "pero"  a joder. "No le quiero hacer daño" (duende bueno).

Lo mismo que siempre me pasa, ese sentimiento de: "ella es demasiado para mi" o quizás, "no la merezco" y ese "no le quiero hacer daño, no lo merece". Entonces te atacas, y dices, coño  al parecer ser una mujer con guevos es como que mucho para los hombres de hoy en día, comienzas a culparte, a buscar razones, a comparar, a pensar ese típico: "si hubiese hecho eso, en vez de esto..., quizás...," y pana, ¡como jode eso!.

El asunto es que acepté, sabiéndolo todo, sin engañarme, sabiendo que quizás estaba jugandome el ultimo cupón, quizás con intenciones de comprar con sexo el último numerito que me quedaba para intentar volver a tocar ese rinconcito de tu corazón que alguna vez -al parecer- era mio, o así me hiciste creer. Pero, resulta que parecer ser que estabas incluso más mentalizado que yo, todo sería más mecánico, más factual, me costó pero lo entendí.

Ahora te manejas suprimiendo la culpa que te da saber que no me puedes ofrecer nada, y y que quizás podrías estarme haciendo daño, y te diriges a mi con mensajes subliminales de -no te hagas ilusiones- como si yo estuviese engañada y no lo supiera, como si no fuera suficientemente inteligente para entender tu lenguaje, tu nueva forma de acercarte a mi, como si no supiera que tu corazón se cerró y un orgasmo no lo va a abrir.

Ahora solo tratas de "mantenerme contenta", ese mensajito de "muchas gracias por estar aquí" ya no es el mismo gracias que me decías antes, y lo se, no soy estúpida. Ahora tus llamadas son para mantener en ganado en el corral, ya nada es como antes.

Pero te pregunto, ¿cómo hago para apartar los prejuicios? ¿como decirte que lo se y estoy clara?, sin que eso te diga, "dale que no viene carro" úsame, engañame, hazme creer que todo es perfecto esta noche, sin que sientas que acostumbro a hacer esto con todos; que no me quiero, que no me respeto, que no me doy mi puesto, ¿cómo te explico que simplemente te deseo a ti en este momento?, que a nadie más deseo entre mis piernas que a ti, -suena feo- pero es la puta verdad.

¿Cómo hago para comprar tu afecto con sexo? ¿acaso crees que yo no se que estas solo buscando placer? ¿cómo hago para ser yo y decirte todo esto? ¿acaso te imaginas que no siento que me quieres pero sencillamente no puedes? ¿cómo coño satisfago mis ganas y las tuyas sin esperar que me quieras como lo hacías? sin importarme lo que pienses de mi; ¿por que ser mujer es tan complicado? ¿por qué no puedes entender que no estoy bien y por eso fui lo que no quiero ser? ¿cómo me convenzo de que simple y sencillamente no me quieres y ya? ¿cómo te convenzo de que no te estoy manipulando? ¿Por qué no me dices que simplemente hay otra persona?.

¿Sabes una cosa? puedo ser tan básica como tú, como cualquier hombre, puedo inventarme un pene mental y asumir que fue sexo y más nada, pero lo que me duele es el hecho de que siento culpa, de que no puedo aceptar que eso que decías sentir se acabó y no te alcanza para decirme que no importa, que vas a estar ahí para verme salir de mi peo mental, que mientras me haces el amor me estas esperando, y estas esperando por ti.

¿Sabes por que pasa eso? porque ya te cansaste de luchar, no te alcanza eso para seguir, no quieres, no puedes, que una vez más piensas en ti, que cierras la puerta, que no quieres volver a ver lo que ya conoces, que no te importa el hecho de que yo sepa interpretar tu silencios, que yo sepa incluso lo que me vas a decir, que no te importa que comprenda por lo que estas pasando.

Que te sabe a mierda que sea yo quien esté ahí, que no sepas ver más allá, que simplemente uses excusas baratas para salir airoso, que realmente creas que soy tan imbécil y no me doy cuenta de que solo quieres una última vez, en definidas cuentas, me duele que no quieras intentarlo, que sencillamente sigues siendo egoísta y piensas en tu ombligo,  no puedo hacer más, también me cansé, también me siento agotada, ya no te veo intención y eso basta.

Me desnudé el alma y me hice preguntas fuertes, me puse en una posición no tan privilegiada, mi cuerpo también dio algunas respuestas, nos las dimos por teléfono ¿recuerdas?, pero de alguna forma no basta ni para ti ni para mi.

Todavía no te das cuenta de que te leo entre lineas, aun no puedes asimilar que yo se verte más allá de lo que dejas ver, aun no entiendes lo que te grito en silencio, no sabes entenderme aun cuando algunas veces yo se hasta por que haces las cosas, no entiendes que no necesito vivir contigo ni conocerte de siempre para saber que tu alma está triste, que te cierras, que no dices ni la mitad de lo que sientes y que no estas feliz.

Jamás admitirás que eres más sensible de lo que muestras, siempre vas a huir de conversaciones incomodas que te hagan mostrar tu lado tonto, entrar en polémica, y en pugna, vas a seguir negándote a eso de lo que huyes, que ese "algo" que no me dices te hace estar así como estas, que ahora vuelves a buscar en algún lado, algún no se que,  y sobre todo, no vas a aceptar que tengo razón.

No vas a reconocer que se más de lo que te das permiso de decir, te costó reconocer que cuando no estoy te hago falta, que me quieres en tu vida pero aun no sabes para que, pero no que no me quieres lejos, que me incluyes en tus días y te gusta saber que estoy aquí, pero que definitivamente no sabes que te pasa, pero eso está ahí, no me vas a reconocer que estas buscando llenarte con nueves caras, otras voces, tal vez otro cuerpo, pero que no pasa y sencillamente no encuentras mucho sentido.

Que sientes por mi, y por otras, -hasta eso se-  pero que yo te resulto sencillamente especial, diferente, que no puedes decirme todo lo que piensas cuando me hablas, que eres demasiado cordial a veces cuando quieres mandar a la mierda a más de uno, que también tienes tanto miedo, tanta confusión. Todo eso lo se y eso te sabe tan a mierda que me da asco y me da arrechera.

Pero poco importa, así son las cosas y así debían ser, nos quedaremos con la duda.